Rue20 Español / Mequínez
El partido racista Vox continúa mostrando su cara negra contra los inmigrantes magrebíes en general y los marroquíes en especial.
Vox llevó al Pleno del Congreso español dos propuestas relacionadas con la inmigración, una proposición no de ley con la que insta al Gobierno a suspender la concesión de visados a ciudadanos de países «emisores de inmigración» como «Marruecos, Argelia, Túnez y Mauritania», y una reforma del Código Civil para restringir el acceso a la nacionalidad española.
Con estas propuestas, Vox no busca sino crear un clima de enemistad y caos entre España y los ciudadanos de los países magrebíes.
En este contexto, respondiendo a estas propuestas racistas de Vox, el diputado de En Comú Podem, Secretario Primero de la Mesa del Congreso en Madrid y Portavoz de la Comisión de Exteriores, Gerardo Pisarello, dijo en el Congreso:
«Una vez más valiéndose de bulos y de una demagogia inaudita, Vox viene a decirnos que su propuesta estrella para afrontar la crisis social en la que estamos, es expulsar a inmigrantes provenientes del Magreb«.
Según Gerardo Pisarello, Vox hace la vista gorda con los grandes especuladores que asfixian a trabajadoras y trabajadores.
«No que los grandes especuladores, muchos de ellos extranjeros a los que Vox pone una alfombra roja, paguen impuestos para financiar la sanidad, la educación que son de todos».
«No para que tengamos un plan para África o un Pacto migratorio que impida que miles de familias se vean forzadas a migrar de su tierra como consecuencia de guerras,…, de saqueos de recursos en los que también nosotros tenemos responsabilidad», dice.
La receta mágica de Vox -agrega el diputado- es «expulsar a hombres y mujeres que con un gran esfuerzo se ganan el pan, cada día haciendo trabajos que nadie o muy poca gente quiere hacer».
«A personas que durante la pandemia han recogido alimentos en el campo, han cuidado a nuestras familias, han trabajado en hospitales y han mantenido en pie la economía».
«A personas que llevan años pagando impuestos y que cuando son regularizadas cotizan y son un puntal para salvar las pensiones de nuestros mayores».
Es decir, «su receta es atacarlas y estigmatizarlas cada maldito día».
«¿Quién piensa que les va a creer que el gran problema de España son los inmigrantes provenientes de Túnez o de Mauritania?», se pregunta el diputado.
«Claro que no. Pero lo suyo es jugar a la cruzada contra los infieles para no hablar del 1% privilegiado que de verdad esquilma a nuestras familias y que niegan la tierra diversa que somos«.
«Porque si por ustedes fuera, la expulsión de quienes no encajan en su idea asfixiante de España, habría comenzado hace rato. Si fuera por ustedes, habría que haber expulsado a Averroes y Maimónides, dos de los más grandes sabios nacidos en Córdoba en el siglo XII: a Averroes, por ser musulmán, y a Maimónides, por ser judío«, critica Pisarello.
«El propio Cervantes, por su emocionada defensa en El Quijote de la amistad entre Sancho y el morisco Ricote, también, expulsado. Federico García Lorca, por su elogio enamorado de la cultura arábigo-andaluza, expulsado. O algo peor. Fusilado y lanzado a una cuneta», agrega.
«¿Quién demonios, señores de Vox, cabe en su España llena de odio que solo sabe embestir?», se pregunta.
Si hasta el Cid Campeador, -prosigue el diputado de En Comú Podem-, «con el que llevan dándonos la tierra desde hace años, debería ser expulsado por haber trabajado al servicio de los reyes musulmanes en Zaragoza«.
«Señorías, lean los apellidos, miren las fisonomías de los diputados de esta Cámara, también de los de Vox. El Sr. Abascal, por cierto, no está hoy aquí. ¿No ven las mezclas, los acentos, el mestizaje que ya somos? ¿A qué obedece este autodesprecio? ¿A qué obedece este patético odio enfermizo a nuestros ancestros diversos?», añade.
«Su miedo a Oriente, como decía Antonio Machado, ¿es miedo a dormir o es miedo a despertar?»
«Porque lo que aquí salta a la legua, Señorias, es que ustedes no se limitarían a las personas musulmanas. Expulsarían a las gitanas, expulsarían a las feministas, a las judías,…o al mismísimo Papa».
«Expulsarían o ilegalizarían a millones de españoles, de vascos, de catalanes, de andaluces, de latinoamericanos, de africanos, que viven aquí, que son de aquí, pero que no se van a doblegar ante su idea de España pequeña y neofranquista», dice.
«Si por ustedes fuera, atentados terribles como el que sufrimos en Barcelona en las Ramblas, al que no olvido, se habrían resuelto no acompañando a las víctimas, y pidiendo justicia, sino sembrando el veneno del odio, instalando el rechazo al vecino y agregando al dolor, más dolor».
«La pregunta es: ¿Y todo esto para imponer qué? ¿Cuál sería el parámetro castizo al que el resto deberíamos asimilarnos sin chistar?»
«¿Obligar a nuestros hijos a jurar a los cuatro vientos que en Covadonga Pelayo derrotó a los musulmanes, aunque sea una patraña y mentira? ¿Ese es el parámetro?»
«Miren: para utilizar cuatro palabras de origen árabe que han enriquecido el castellano, el discurso que nos han traído aquí es zafio, es mezquino, y es una engañifa con menos complejidad que un adoquín«.
«Justo por eso, por más que ladren, por más que difundan bulos, por más que mientan, no van a prevalecer. Porque en el fondo es un discurso servil con una minoría económica muy, muy pequeña. Y porque la tierra diversa, de gentes diversas, que ya somos y que queremos ser, esa tierra, ya no tiene vuelta atrás», concluye el diputado de En Comú Podem, Gerardo Pisarello.
