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Soukaina Askour
Marruecos se distingue por tener uno de los mejores climas de la Tierra, un clima templado y favorable con sus cuatro estaciones. Gracias al sol que ilumina las ciudades costeras de Marruecos durante el transcurso del año, se puede disfrutar en Marruecos de un turismo de sol y playa tanto en el mediterráneo como en el Atlántico.
En la costa atlántica del norte se encuentra la ciudad Asilah, la perla del Atlántico. Es distinguida por sus grandes murallas donde se asoman casas blancas con sus patios floridos y vistas lucidas gracias a sus balcones que dan al océano.
Estas murallas son un lugar fotogénico ideal para ver la puesta del sol y para tomar fotografías. Además, Asilah tiene una medina bonita y bien cuidada. Las paredes de las casas tienen diferentes pinturas hechas por turistas y artistas, que han dejado su huella con sus dibujos y colores.
Estas pinturas murales se renuevan anualmente, en especial, los meses de julio y agosto coincidiendo con el Festival Cultural de Asilah, que a su vez es un encuentro entre muchos artistas, intelectuales y visitantes de todo el mundo que se dan cita para disfrutar de ese evento que convierte la ciudad en un museo artístico especial al aire libre.
Las playas de Asilah son muy populares entre los amantes del surf y de la puesta del sol. Las arenas son finas, excelentes para darse un paseo en camello o hacer senderismo disfrutando del sol y la brisa del atlántico.
Además, Asilah tiene una ubicación estupenda para hacer excursiones y conocer el Norte del país, ya que está a pocos kilómetros de Tetuán y Tánger. Pero, sobre todo, para llegar a Chefchaouen, la perla azul del Norte, ubicada en las montañas del Rif, creada por judíos y musulmanes que llegaron del Al Ándalus y que se instalaron en Chefchaouen, trayendo consigo sus tradiciones y costumbres.
Chefchaouen es distinguida por su luz blanca y clara, su limpieza y por ser cuidada y por sus habitantes al máximo detalle; sus casas blancas y azules hacen de ella una de las más cautivadoras por su belleza en todo Marruecos.
A su vez, se puede admirar su arquitectura de diseño que le da un toque mediterráneo popular, y gracias a los azules de sus puertas y sus paredes que están cubiertas con capas y capas de cal azul que ha pasado a verse como una paleta de azules.
La medina del pueblo azul de Marruecos es maravillosa y fotogénica. Cuenta con muchos rinconcitos, callejuelas muy estrechas y otras anchas con sus puertas azules, repletas la mayoría de ellas de tiendas locales de alfombras y productos de cuero.
En la plaza central sombreada de Outa el Hammam se encuentra La Casbah con sus paredes rojas, una fortaleza del siglo XV y una torre con exposiciones etnográficas y artísticas. Así pues, la plaza central es un lugar ideal para disfrutar de un té marroquí a la menta o para gozar de la gastronomía local.
También muy atractivo Ras el Maa (nacimiento del agua), un arroyo que surge de roca caliza que cree un curso de agua, como es típico en la cultura andalusí, se aprovecha para diversas actividades como molienda de cereal, lavaderos y acequias de riego. Incluso, todavía se suele ver a mujeres lavando su ropa en Ras El Maa.
A solo 30 km de Chefchaouen, nos encontramos con otro lugar maravilloso, esta vez se trata de unas cascadas fascinantes, Akchour, ubicadas en un pequeño pueblito, este lugar cada año atrae a más turistas y amantes de la naturaleza. O sea que es una de las zonas más bonitas de la región, gracias a su entorno natural distinguido por una belleza asombrosa en la que se pueden observar bosques de pinos, cedros, cuevas y ríos en una montaña de aguas cristalinas y piscinas naturales. Por una parte, nos permite hacer preciosas rutas de senderismo y por otra se puede bañar en las aguas frías y cristalinas de las cascadas de los ríos que rodean la zona.
Resumiendo, la región norteña de Marruecos es considerada un paraíso no solo para los marroquíes sino también para todos los ciudadanos del mundo, seducidos por la belleza y el misterio de dichas ciudades.
Askour es hispanista y doctoranda en la Universidad Hassan II de Casablanca
