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El rey Mohammed VI se dirigió, hoy viernes, a la sexta cumbre de la Unión Europea y la Unión Africana, que se celebra estos días en Bruselas.
En el discurso real, leído por el Ministro de Asuntos Exteriores, Nasser Bourita, el Rey dijo que es natural que Marruecos, por su implicación en el dinamismo de la historia y su afán por mantener un destino común, se dirige tanto a África a la que pertenece como a la vecina y socia directa Europa.
El Rey subrayó que la educación, la cultura, la formación profesional, la movilidad y la migración son temas que en conjunto constituyen las prioridades de nuestro trabajo en Marruecos y África, y en el marco de nuestra asociación con la Unión Europea.
«Esto es porque el denominador común entre todos estos temas es la juventud que constituye nuestro capital humano, por la cual debe invertir la alianza entre los dos continentes para lograr que alcancen su máximo potencial. Luego, porque estos grandes sectores se han visto severamente afectados por las repercusiones de la pandemia, lo que requiere de nosotros un amplio esfuerzo conjunto», explica el monarca.
«En primer lugar, y en el ámbito de la educación, cabe recordar que el 94% de los estudiantes del mundo sufrió el cierre de sus instituciones educativas en el punto álgido de la pandemia. Por lo tanto, tenemos que asegurar la continuidad de la educación, teniendo en cuenta el nuevo contexto de transformación digital en el sector educativo. Esta demanda general es de vital importancia en África, donde los menores de veinte años representan el 50% de la población total”, recalca el rey.
«Al igual que nuestras economías, nuestras escuelas, universidades e instituciones de formación profesional necesitan lograr una fuerte recuperación para compensar las casi 1.800 millones de horas de aprendizaje perdidas», añadió Mohamed VI.
«Además, la cultura tampoco se ha librado de las repercusiones de la pandemia, primero en términos económicos, luego en términos de acceso a la misma. En este campo, el impacto de la pandemia ha sido grave, lo que hace necesaria la reanudación de diversas formas de cooperación cultural, para dar un nuevo impulso a este sector, que es una verdadera palanca de acercamiento en África y en Europa y entre África y Europa».
“En cuanto a los movimientos de migrantes, la pandemia ha demostrado que estos no dañan la economía”, dijo el monarca, subrayando que «Por el contrario, tienen un impacto positivo, tanto en los países de acogida, en los que suelen ser “trabajadores esenciales”, como en sus países de origen. Por lo tanto, este tema debe abordarse, no solo como un desafío, sino como una gran fuente de oportunidades”.
«Y afirmamos con convicción, como pioneros de la Unión Africana en el tema migratorio, que siempre hemos buscado disipar malentendidos en torno a este tema. Este es el mensaje del Observatorio Africano de la Migración, que se estableció por nuestra iniciativa, que es proporcionar datos objetivos y datos sobre la migración, aclarar hechos, reconciliar los intereses de África y Europa en caso de que entren en conflicto, y reemplazar la perspectiva puramente de seguridad, la lógica de la relación orgánica entre el movimiento de personas y el desarrollo, en línea con el espíritu del enfoque humanitario de la Carta de Marrakech».
El Rey Mohammed VI afirmó que “garantizar la educación, acelerar el ritmo de la formación y el empleo en beneficio de nuestra juventud, promover la cultura, regular la migración y el movimiento de personas, es un componente esencial de la asociación entre la Unión Africana y la Unión Europea.
“Estos objetivos prometedores son lo que debemos considerar en nuestro enfoque de la asociación que buscamos”, dijo el rey, señalando que «Ni África ni Europa son capaces de lograrlo aisladamente. Por lo tanto, tenemos una responsabilidad conjunta en este sentido dictada por nuestros intereses comunes”, agregó.
“Es de esperar que nuestras discusiones de hoy constituyan un paso positivo en esta dirección, porque la verdadera riqueza de la asociación entre la Unión Africana y la Unión Europea no radica en la convergencia de 81 países, sino en empujarlos a comprometerse resueltamente en aras de la paz, la estabilidad y el bienestar común, es decir, por el futuro de los ciudadanos”, concluyó el rey.