Rue20 Español/Málaga
Pedro I. Altamirano
Tras la II Guerra Mundial, la sociedad europea y mundial no daba crédito a las imágenes de los campos de concentración nazi, donde fueron gaseados millones de seres inocentes, niños incluidos. Las atrocidades fueron de tal calibre, que fue necesario un juicio especial para juzgar a los responsables de dicha maldad. El juicio lo recordamos por la cuidad alemana en la que se produjo: Núremberg, “Los juicios de Núremberg” donde fueron juzgados y condenados todos los genocidas nazis. Era la Europa que quería convertirse en aludid de la democracia y los Derechos Humanos.
Frágil es la memoria del ser humano cuando la economía aprieta. La Europa de los ciudadanos, la Europa democrática, hoy atrapada entre el Gas Argelino y Ruso, tira su dignidad por la ventana, entierra la memoria de Núremberg, olvida a las victimas de genocidios, y se presta a recibir, en el pleno corazón de la Unión Europea, al “presunto” mayor genocida desde la caída de la Alemania nazi liderada por Adolf Hitler. En estos momentos siento vergüenza de haber votado a estos ya, desde hoy mismo, representantes de la ciudadanía en el Parlamento Europeo. Lo peor, que va de la mano de la Unión Africana. Un horror indescriptible, que define, de forma dramática, a la organización del continente africano.
Que sea un español como José Borrell quién arrope y permita la presencia de tal desalmado en las instituciones europeas, es para avergonzar a todos los demócratas españoles, pero sin embargo, José ha caído también ante los encantos de régimen militar y totalitario argelino, pues ni media palabra ha pronunciado en contra de la presencia Ghali.
Al menos queda una chispa de esperanza, la sociedad ya está causando revuelo entre los círculos políticos europeos que la ven como un acto aventurero con consecuencias riesgosas para el futuro de Europa y un duro golpe a su credibilidad al recibir al presunto genocida y líder de una banda armada terrorista como lo es el Frente Polisario, que sólo en España ha asesinado a trabajadores del mar sin ninguna piedad, y que de forma impune, sigue amenazando a intereses comerciales europeos empresariales como la compañía aérea Binter Canarias.
Tengo la esperanza que se reflexione en el seno de la Unión Europea, e impidan la presencia de este presunto asesino, violador, y que utiliza a los niños para el entrenamiento terrorista. En caso contrario, habremos olvidado lo que ocurrió con la Alemania nazi, y habrán puesto la primera piedra para el auge del fascismo en Europa.
Como Europeo pido disculpas a todas las victimas del Frente Polisario, y me avergüenzo en estos momentos de pertenecer a una Unión Europea que recibe a presuntos genocidas y terroristas.
Politólogo español