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Soukaina Askour
Marruecos cuenta con diferentes ciudades y lugares turísticos espectaculares. Su historia y arquitectura representan un patrimonio excepcional y fascinante, impregnado en gran medida por las influencias bereberes, árabes, andaluzas, romanas, etc.
El Riad es uno de los elementos turísticos e históricos de Marruecos, especialmente en las medinas o los cascos viejos de las ciudades imperiales como Fez, Rabat, Meknes y Marrakech.
El Riad es una casa en forma de palacio tradicional pero no es tan grande como un palacio. Su nombre Riad proviene del término árabe Al-Ryad que significa jardín o paraíso.
Los Riad’s se organizan en torno a un patio grande en el centro donde hay salones, comedores y varias habitaciones. Normalmente disponen de dos hasta cinco o más plantas.
En comparación con los hoteles, los Riad’s tienen su encanto. Se puede disfrutar de vistas panorámicas desde sus bonitas terrazas.
La decoración de los Riad’s es muy armoniosa, con una mezcla de elementos tradicionales y mosaicos antiguos de arquitectura islámica, morisca, artesanía marroquí y figuras geométricas árabes en cerámica.
Como base, tiene una estructura arquitectónica en forma de balcones bien colocados en el interior que dan al patio central del Riad. Éstos están inspirados en la cultura árabe-andaluz. Las paredes están adornadas con yeso o “tadelakt” en árabe y los suelos con azulejos o “zellige”.
Además, estas viviendas maravillosas han llamado la atención, desde los años noventa, de muchas personas, sobretodo extranjeras, aspirantes a beneficiarse del patrimonio cultural y del desarrollo turístico marroquí.
Muchas de esas personas son ciudadanos europeos que, fascinados por nuestra cultura marroquí, decidieron tomar la iniciativa de comprar estas viviendas y reconvertirlas en hoteles y casas de huéspedes para turistas. Por este motivo, y aunque se respete su arquitectura tradicional, tienen un toque moderno y cercano a la cultura occidental.
Más aun, la mayoría de los Riad’s disponen de un Hammam que significa baño en árabe, pero es diferente de los baños habituales. El Hammam permite relajarse y disfrutar de una experiencia gratificante.
En Marruecos es una costumbre frecuentar el Hammam una vez a la semana. Es un baño de calor húmedo muy diferente de una sauna o de los baños turcos. El hammam marroquí se calienta gracias a un sistema de serpentín hasta media altura. Normalmente, incluye tres habitaciones que irán subiendo de temperatura para llegar a la habitación más caliente, con el objetivo de adaptar el cuerpo poco a poco al calor, y así la piel se pone más flexible y los poros se abren.
Para ir a un hammam se suele llevar cosas que todos usamos para bañarnos, sin embargo, hay artículos diferentes y típicos como el Kiis, un guante exfoliante típico de Marruecos. Se utiliza para restregar el cuerpo, utilizando un jabón negro también típico llamado Sabon beldi. Este último suele prepararse con aceite de Argán, es producido a partir de los frutos del árbol de argán y rico en vitaminas A y E, grasos esenciales y otros beneficios. El aceite de Argán ha sido producido durante siglos y siglos por mujeres bereberes de la zona de Souss-Massa en Marruecos.
Seguir estos diferentes pasos permite una exfoliación realmente profunda que, para los principiantes, a veces es increíble porque la piel muerta se desprende y se friega. Después de un enjuague se aplica Rhassoul en el cuerpo y en el cabello, el Rhasoul es una arcilla 100% natural, rica en magnesio y litio. Es un excelente producto de lavado, lavará definitivamente el cuerpo, ayuda a frotar y limpiar la piel en profundidad y lo hará flexible y suave, por lo cual es recomendable utilizarlo para eliminar eficazmente las toxinas e impurezas depositadas en los poros.
Para concluir, conviene señalar esa diversidad y riqueza histórica y cultural de Marruecos marca su presencia dando un encanto incomparable al Reino marroquí y, por eso, podemos decir que Marruecos es un país moderno y tradicional que sabe muy bien prosperar su patrimonio y su legado histórico y cultural.
Askour es hispanista y doctoranda en la Universidad Hassan II de Casablanca