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Ismail El Khouaja
Para Marruecos la crisis bilateral con España no se cerrará a menos si se da un cambio de postura con el Sáhara. Una realidad indiscutible para el Reino porque se trata de su integridad territorial que tiene que defender y priorizar sobre cualquier otro tema.
Las palabras reconciliadoras del rey Felipe VI en la recepción del cuerpo diplomático en las que el rey invitó a Marruecos a «caminar juntos» con el fin de «empezar a materializar ya la nueva relación» y «encontrar soluciones a los problemas que preocupan» a ambos países, así como su visita al stand de Marruecos en la FeriaInternacionaldeTurismo (Fitur), no han hecho mella en el pais magrebi por la simple razón de ser nada más que palabas. Nada de hechos.
«La ambición existe. España ha manifestado su ambición, pero para que se consolide esta ambición necesitamos mucha claridad», dijo, ayer jueves, el portavoz del Gobierno marroquí, Mustafa Baytas, respondiendo a los gestos de acercamiento de España.
El rey de España entró en línea como elemento de distensión tras tardar casi cinco meses para responder a la «nueva etapa inédita» que anunció el rey Mohamed VI para desarrollar las relaciones hispano-marroquíes.
España llevo el asunto hasta la Casa Blanca cuando el ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel Albares, afirmo acordar con el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, «unir fuerzas para resolver este conflicto que ya dura demasiado», según declaró Albares.
Marruecos ve que la solución del asunto no durará demasiado si España reconoce la marroquinidad del Sáhara, teniendo en cuenta que España tiene una responsabilidad histórica por tema de colonización. De hecho, la ecuación es simple.
Marruecos espera «fidelidad respecto a la causa nacional del sahara», según bosquejó el jefe del gobierno marroquí, Aziz Akhannouch, en un programa televisivo este miércoles, en una indirecta para España si quiere ser de los aliados del Reino, poniendo como ejemplo a Alemania que cambió su posición respecto al Sahara marroquí al considerar el plan de autonomía presentado por Marruecos como «contribución a un acuerdo de paz», según aclaró la ministra de Asuntos Exteriores alemana, Annalena Baerbock.
«Hay muchos estados con los que ahora el Ministerio de Exteriores está acelerando las relaciones. El que no lo ha entendido, se tomará su tiempo para entender, agregó Akhannouch en otra indirecta para España.
El Gobierno de Pedro Sánchez no piensa mover un dedo en la cuestión fundamental y solo se limita a echar flores y desear construir «relaciones del siglo XXI» con Marruecos.
Hoy viernes las cosas empezaron a dar otro rumbo. Pedro Sánchez no siguió los pasos del rey Felipe VI al no visitar el stand de Marruecos en Fitur, tras la respuesta del Ejecutivo marroquí ayer jueves.
Albares, por su parte, hizo, hoy viernes, alusión a que la solución de la crisis cogerá tiempo al apostillar que su objetivo es resolver la crisis «me tome el tiempo que me tome», y al reconocer que la visita a Rabat no está en su agenda.
Ante esta situacion, ¿influirá Estados Unidos en la solución de la crisis entre Marruecos y España, teniendo en cuenta que el Estado americano reconoció en diciembre de 2020 de la soberanía de Marruecos sobre el Sahara?