Rue20 Español/ Mohammadia
Toufiq Slimani
Mal acaba lo que mal arranca. La mentira sigue llevando la delantera en el Gobierno español. La verdad, si la hubo, se resquebraja. La Moncloa está perdida ante un nuevo escenario regional e internacional que está aún por definir por la pandemia y sus cambios.
Después de dos meses del cierre unilateral del gasoducto Magreb-Europa por Argelia, y la promesa del Gobierno español de que la decisión argelina no afectase al recibo de luz de los españoles, ha quedado muy claro que el Gobierno liderado por Pedro Sánchez sabe más de promesas y dichos que de hechos. Además, está muy claro que el gobierno español es rehén del régimen general argelino y sus amenazas mediáticas.
Argelia está golpeando al Gobierno español donde más le duele por el momento: la seguridad energética. Buena parte de la seguridad nacional de España depende del humor de los generales argelinos.
Por el chantaje argelino el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no ha podido cumplir “la promesa de que el recibo de la luz del 2021 no supere el del 2018”.
“Claro que no. Fue un mensaje muy importante para trasladar a los ciudadanos que había un compromiso del Gobierno con las familias y tranquilizarlas. Era importante decirles: mire, el mercado mayorista tiene su dinámica y se puede intervenir hasta donde se puede intervenir, que es tirando a poco. A usted lo que le debe preocupar es su factura de la luz, y nuestro compromiso es que esa factura que pagamos los españoles en promedio en el 2021 sea similar a la del 2018”, respondió Teresa Ribera Rodríguez, vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica del Gobierno de España, en una entrevista concedida hoy domingo al diario español La Vanguardia, cuando ha sido preguntada si el Gobierno se arrepiente de la promesa de bajar el precio de luz.
Tampoco desveló cuánto le ha costado a España el suministro extra de gas vía barcos desde que se cerró el gasoducto que atraviesa Marruecos.
“Es una pregunta muy complicada. No lo paga el Gobierno. Es tanto como saber a cuánto paga Naturgy el gas y a cuánto lo vende, e incluso a cuánto lo pagaba y lo vendía hace un año. Son datos privados de la compañía. Ahora lo que hay es una intensa y sensible negociación comercial entre Naturgy y Sonatrach en la que el Gobierno no interviene”, alegó.
La ministra sigue echando flores al régimen militar argelino a pesar de que no es ningún secreto que el cierre del gasoducto que atraviesa Marruecos fue el principal factor causante de la crisis energética en España.
El Gobierno español sigue creyendo en la versión argelina de que la ampliación del gasoducto Medgaz estará operativa antes de que termine este enero.
“Se han terminado las pruebas y está todo correcto para que pueda funcionar con toda capacidad en enero, sí. La verdad es que la relación con Argelia está siendo muy fluida y constructiva y nosotros lo agradecemos mucho”, dijo la ministro.
Pero las previsiones de los expertos afirman que Medgaz no puede a corto plazo garantizar el suministro total del gas argelino que llegaba a España antes del cierre del gasoducto Magreb-Europa.
Los artistas de la Moncloa podrían acabar cantando, si la conocen, la famosa canción de Facundo Cabral: no soy de aquí ni de allá.
La España de Sánchez no tiene ni a Marruecos ni a Argelia ni a EEUU ni a Alemania ni a Rusia… ni provenir. La España sanchista ha perdido su color de identidad.
