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Ismail El Khouaja
La política exterior española está en crisis. El gobierno socialista está condenado al fracaso mientras apuesta por los regímenes totalitarios. La entrada de un partido comunista al gobierno, Podemos, supuso un paso atrás para la democracia española respecto a sus relaciones internacionales, principalmente con Estados Unidos y Marruecos.
Con Estados Unidos la política del gobierno socialista está marcada históricamente por la retirada de las tropas españolas de Irak por iniciativa del aquel entonces presidente José Luis Rodríguez Zapatero, sin previo aviso a los países de la coalición. El mismo Zapatero quien permaneció sentado al paso de la bandera de EEUU en el día de la Hispanidad de 2003.
En cuanto a Marruecos, La política del gobierno socialista está marcada por la postura hostil respecto a la integridad territorial marroquí. En cambio, apoya a la banda armada Polisario. La entrada a España del presunto líder, Brahim Gali, acusado de genocidio y lesa humanidad tanto de ciudadanos marroquíes como españoles, sólo tiene una interpretación: España aboga por la prolongación de este conflicto inventado.
Sin buenas relaciones con Estados Unidos y Marruecos, España se encuentra aislada, incluso dentro de la misma Unión Europea. Para aliviar este aislamiento, España se está adhiriendo al eje formado por Argelia-Venezuela-Rusia-Irán-Cuba.
Estados Unidos y Marruecos llevaron a cabo, el martes pasado, maniobras para transitar por el Estrecho de Gibraltar y entrar en el mar Mediterráneo durante un despliegue programado regularmente en el área de operaciones de la Sexta Flota norteamericana.
Estas maniobras no gustaron nada a España, viendo como Marruecos le está ganando terreno como potencia regional en el Mediterráneo. No cabe olvidar que era la Armada española la que solía acompañar la agrupación marítima de combate norteamericana Harry S. Truman en este paso para acceder al Mediterráneo.
Como respuesta, en el mismo día, España, a través de su BAM Audaz (P-45), realizó una escala de tres días en el puerto de Argel para llevar a cabo una serie de maniobras, en el “marco de la cooperación militar bilateral entre España y Argelia”, tal como informaron fuentes españolas.
El acercamiento español-argelino ya no es noticia. Los dos países se han aliado desde siempre para hostilizar a Marruecos. Los dos apoyan la banda separatista Polisario.
Los dos opusieron el reconocimiento de Estados Unidos de la marroquinidad del Sahara. Los dos mostraron su preocupación por la reanudación de las relaciones israelo-marroquies. Los dos no quieren un Marruecos con suSáharaa. Los dos, a pesar de Marruecos, son vecinos.
Sin embargo, en el mundo actual, y tal como dijo el jefe de la diplomacia marroquí, Nasser Bourita, la vecindad/proximidad ya no es un actor activo. En la era de telecomunicaciones, la alianza ya no depende de la cercanía, sino de la confianza.