Rue20 Español/ Rabat
El cierre del gasoducto Magreb-Europa (GME), previsto desde el verano pasado, es un problema «manejable» para Marruecos, que tiene varias opciones para abastecerse, afirmó Francis Perrin, investigador principal en el Policy Center For The New South (PCNS).
A corto plazo, Marruecos puede contar con su parque eléctrico existente, con un papel cada vez mayor de las energías renovables, y con la importación de combustibles fósiles y de electricidad si es necesario, aseguró Perrin, añadiendo que las opciones de Marruecos a medio y largo plazo incluyen un mayor desarrollo de las capacidades de generación de electricidad a partir de fuentes renovables y la importación de gas natural licuado (GNL) transportado por barco.
En una entrevista concedida al PCNS, también subrayó que Marruecos no tiene intención de desechar el GME, como demuestra el acuerdo alcanzado el 30 de noviembre entre la Oficina Nacional de Agua y electricidad y Sound Energy para la venta de 300-350 millones de metros cúbicos al año de gas que se producirá en la concesión de Tendrara (Fase 2) en Marruecos.
El acuerdo, precisó, prevé ventas de gas durante 10 años que será transportado utilizando la sección marroquí del GME.
Perrin estimó que no es imposible que el proyecto de gasoducto África-Atlántico (entre Marruecos y Nigeria) se imponga como alternativa a medio y largo plazo.
En cuanto al impacto de la decisión unilateral argelina de cerrar el GME, Perrin no excluyó la posibilidad de una avería del gasoducto Medgaz (Argelia/Mediterráneo/España), y añadió que España tendría tres formas principales de afrontarla: importar el GNL de Argelia, importar gas natural de otros proveedores, especialmente en forma del GNL (el sector del GNL ofrece mucha más flexibilidad que la del gasoducto); y/o recurriendo a sus reservas de gas. Map