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Meryem Ghoua
El aceite argán, o bien el líquido oro, se produce a partir de las semillas contenidas en el fruto del árbol de argán, que crece únicamente en Marruecos.
Desde 1998, estos árboles son considerados patrimonio de la humanidad. El aceite de argán se usa más a menudo para mantener hidratada y suave la piel y protejer el cabello.
El aceite de argán contiene varios lípidos y ácidos grasos beneficiosos para la piel, incluidos el ácido oleico, el ácido palmítico y, especialmente, el ácido linoleico.
El argán es un árbol que crece de forma silvestre en el sur de Marruecos, es muy longevo (puede vivir más de doscientos años), el tronco es rugoso y sus ramas están provistas de fuertes y amenazadoras espinas.
«Gracias a su poderoso sistema de raíces, contribuye al mantenimiento de la tierra y permite luchar contra la erosión de las aguas y del viento que amenazan desertificar buena parte del área», desvela «Inkanatural».
El mismo árbol tiene millones de años, se dispone de una enorme capacidad para resistir la sequía y combatir la desertificación. Se extiende por miles de hectáreas en las siguientes ciudades: Agadir, Tiznit, Chichawa, Taroudant y Essaouira.
Algunos lo consideran como el oro de la cosmética y otros se refieren a él como oro del desierto.
De hecho, el aceite de argán es un ingrediente natural que, por sus magníficas propiedades, se ha convertido en un recurso muy utilizado en el cuidado del cabello o de la piel, según declara «Acofarma».
En fin, el arbol de Argán, llega a más los 10 metros de altura, es un árbol de tronco rugoso y espinoso, con flores pequeñas que salen alrededor del mes de abril.