Rue20 Español/ FEZ
Ismail El Khouaja
La humanidad está pasando por un laberinto sin salida. Después de salir de un siglo de guerras mundiales que saldaron millones de vidas humanas, la humanidad ha entrado en un siglo de nuevas guerras, epidemiológicas.
Para hacer frente a las guerras del pasado siglo, se firmaron convenios, se crearon instituciones, se acordaron alianzas entre países. En cambio, las nuevas guerras epidemiológicas cada país cierra sus fronterras para ganar la guerra a un enemigo que no tiene cuerpo.
Los países pobres, cuyo mermado sistema sanitario no sirve ni para curar enfermedades normales, son los que sufrieron mucho en esta pandemia que brota sin cesar, ante la cual la humanidad se encuentra perdida.
Los países desarrollados han pensado que curando a sus ciudadanos van a estar a salvo, pero las cosas no son así. Ómicron es un ejemplo evidente que invita a que haya más colaboración entre los países del mundo para ganar la guerra contra el virus.
Marruecos, gracias a la visionara visión del rey Mohammed VI, quien adelantó la salud de su pueblo que la vida económica del país, ha logrado frenar la expansión del virus, con la toma de decisiones en su oportuno momento.
Ante la progresiva expansión de la nueva variante de Coronavirus, Ómicron, Marruecos ha decidido cerrar sus fronteras, aéreas y marítimas.
Asimismo, el país ha declarado estado de excepcionalidad.
Así, tras una semana cuando el país declaró la vuelta a la normalidad, las autoridades marroquíes han decidido, de nuevo, restringir las medidas sanitarias para evitar la expansión de la pandemia.
Esta semana las autoridades han decidido evitar las reuniones de más de 10 personas. Hoy viernes han vuelto a impedir los festivales culturales y todos los agrupaciones que reúnen a más de 10 personas.
Por lo cual, todos los ciudadanos están invitados primero a completar su vacuna, así como seguir a raja tabla las medidas sanitarias decretadas por el país.