Rue20 Español/ Rabat
El reclutamiento militar de niños por parte de las milicias armadas del «polisario» en los campamentos de Tinduf, al suroeste de Argelia, es un «crimen de guerra», afirmó el embajador Omar Hilale, representante permanente de Marruecos ante la ONU.
El reclutamiento y alistamiento militar de niños en los campamentos de Tinduf por parte del grupo armado «polisario» es un «crimen de guerra» que el derecho internacional, incluido el derecho internacional humanitario, prohíbe y condena, subrayó Hilale en una entrevista con la prestigiosa revista estadounidense «Newslooks».
En la misma línea, Hilale recordó que los Protocolos Adicionales a los Convenios de Ginebra de 1977, la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño de 1989 y su Protocolo Adicional de 2000, exigen la eliminación urgente del reclutamiento de niños y su utilización en los conflictos armados.
El diplomático citó también la reciente resolución del Consejo de Seguridad (2601), que condena enérgicamente todas las violaciones del derecho internacional aplicable que impliquen el reclutamiento y la utilización de niños por las partes en un conflicto armado, así como su contratación. La resolución exige que todas las partes implicadas pongan fin inmediatamente a estas prácticas y adopten medidas especiales para proteger a los niños.
Con motivo del Día Mundial del Niño, que se celebra el 20 de noviembre, el representante especial del Secretario General de la ONU para los Niños y los Conflictos Armados y el director general de la Organización Internacional del Trabajo hicieron un llamamiento a la acción y renovaron el compromiso internacional de poner fin y prevenir el reclutamiento y la utilización de niños de una vez por todas para el año 2025, recordó el diplomático.
«A pesar de todo este marco jurídico internacional y de los llamamientos a la acción, los niños de los campamentos de Tinduf siguen siendo objeto de entrenamiento militar y de todas las formas de explotación y abuso a manos de las milicias del «polisario», ante la mirada indiferente del país anfitrión, Argelia, y con total desprecio de la comunidad internacional», agregó el embajador.
También subrayó que el lugar de los niños en los campamentos de Tinduf «no es en los campos de entrenamiento militar, sino en las escuelas», señalando que estos niños necesitan tener acceso al conocimiento y aprender sobre la paz y no sobre el odio, la guerra y el terror. «Merecen adquirir las habilidades y competencias necesarias para construir un futuro próspero y mejor”.
Hilale insistió en que la comunidad internacional debe evitar que el «polisario» y el país anfitrión, Argelia, conviertan a los niños de hoy en los campamentos de Tinduf en los «terroristas» de mañana, como están haciendo actualmente Boko Haram en Nigeria, Daech en Afganistán y el Sahel, y Al Shabab en Somalia.
Las mujeres de los campamentos de Tinduf también son objeto de «las peores formas de violencia, incluida la violencia sexual y la violación», dijo, citando el caso del jefe de los separatistas Brahim Ghali, que está siendo juzgado en el más alto tribunal español por crímenes contra la humanidad y violación.
«La dramática situación de los campamentos de Tinduf plantea una pregunta: ¿cómo puede un país, Argelia, que viola los derechos humanos de su propia población, proteger los derechos humanos en los campamentos de Tinduf?, se preguntó el embajador.
En respuesta a una pregunta sobre la posición de la comunidad internacional respecto a la responsabilidad de Argelia en los «crímenes» cometidos en los campamentos de Tinduf, el embajador marroquí señaló que estos campamentos son «los más vigilados y militarizados» del mundo, y señaló que nadie puede entrar o salir de ellos sin la autorización de Argelia y de su milicia armada «polisario».
En este sentido, señaló que Argelia «no respeta» las tres soluciones previstas por el derecho internacional para la población de los campamentos de Tinduf, y añadió que este país se niega a dejarles volver a la patria, se opone a su integración a nivel local y rechaza su asentamiento en un tercer Estado, concretamente en Europa.
«La única solución que Argelia deja a estas poblaciones secuestradas es huir de los campamentos arriesgando sus vidas. Así fue como miles de personas lograron llegar a Marruecos para expresar sus preocupaciones y denunciar la anarquía en los campamentos. Sólo Dios sabe cuántas personas han perecido en el desierto durante su huida», continuó Hilale.
En respuesta a otra pregunta sobre las revelaciones de estos «crímenes» humanitarios ante las Naciones Unidas, el embajador precisó que, tras estos descubrimientos, la comunidad internacional se sintió conmocionada y asombrada de que un Estado miembro de la ONU no cumpliera con sus obligaciones legales y permitiera que se perpetraran tales crímenes en su territorio.
«Estas revelaciones han arrojado ciertamente luz sobre las graves violaciones de los derechos humanos en los campamentos de Tinduf», señaló, afirmando que la situación en estos campamentos plantea un «verdadero» problema jurídico, político y moral, sobre todo porque Argelia ha eludido su responsabilidad internacional al ceder su soberanía sobre parte de su territorio a los separatistas armados del «polisario».
El embajador señaló también que las Naciones Unidas han sido informadas de estos «crímenes» humanitarios desde hace tiempo por Marruecos y otros Estados miembros, así como por peticionarios de ONG y grupos de reflexión, que han informado sobre la «desastrosa» situación de estos campos.
Hilale señaló también que el país anfitrión de estos campamentos se niega a cooperar con los mecanismos de derechos humanos, agregando que Argelia «tiene uno de los índices más bajos del mundo» en cuanto a respuestas a las comunicaciones y solicitudes de información de estos mecanismos. MAP.