Rue20 Español/ Málaga
Pedro I. Altamirano
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas prorrogó por un año más la misión de la ONU en el Sáhara Occidental (MINURSO) hasta el 31 de octubre de 2022. De ese modo el Consejo da una nueva oportunidad a la misión que llegó al Sáhara en 1991.
El Consejo, poco a poco, va acercándose a las tesis del Reino de Marruecos, tal como se puede concluir en los análisis de la brillante y realistas intervenciones del embajador marroquí Omar Hilale, y las más inmovilistas e intransigentes del representante de la banda armada del Frente Polisario Sidi Mohammed Omar.
El embajador Polisario, muy contrariado en la rueda de prensa reconoció sentirse muy desalentado “por no corresponder a la gravedad de la situación sobre el terreno” culpando al Consejo y a la MINURSO de no mantener “la paz, la seguridad y no hacer nada en absoluto”. Con esta ensoñadora declaración, el Polisario intenta dar la imagen de guerra en el Sahara, cuando allí lo que impera es la paz y la prosperidad. Esta realidad que el Polisario se resiste a aceptar, es la que se basa las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU.
Por su parte, el embajador de Marruecos afirma que, el texto de la resolución se acerca una por una las tesis de Rabat, basadas en la paz, el enorme desarrollo económico social, cultural y económico del territorio, además del alto grado de desarrollo de los derechos humanos. Esta declaración del embajador Omar Hilale coincide con la realidad en las provincias del sur de Marruecos, tal y como puede comprobar cualquier observador imparcial que visite el territorio.
Otra realidad indiscutible es la utilización de la banda armada Frente Polisario, como brazo tonto al servicio de los intereses bastardos e ilegales de Argelia desde que el presunto Genocida Brahim Ghali, encabezó el golpe de estado dentro de la banda, descabezando a la anterior dirección, y poniendo a la banda al servicio argelino.
Por ello es lógico que Marruecos no quiera llegar a ninguna solución a través de intermediaros, sino de forma directa con el verdadero origen del problema del Sahara, que no es otro que el gobierno Argelino. Es por ello por lo que el embajador Omar Hilale declaró que “Si Argelia no se presenta a las ruedas de contactos, sencillamente no habrá proceso político», una posición muy acogida a la Política real, y única vía posible para llegar a un acuerdo estable para la región.
Portavoz del Grupo Internacional de Apoyo a la Paz y la Reunificación Saharaui y politólogo español