Rue20 en español / Mequínez
Debido a las tensiones diplomáticas que hay entre Marruecos y Argelia, esta última decidió cerrar el grifo del Gasoducto Magreb-Europa (GME) a partir del 31 de octubre, fecha en la que finaliza el contrato de tránsito que garantiza la llegada del gas a España al atravesar Marruecos.
España es uno de los países europeos que van a pagar los platos rotos de la crisis diplomática entre Rabat y Argel.
Seguramente, la decisión de Argelia de cerrar el GME afectará muchísimo a la vecina España, aunque queda otra vía para beneficiarse del gas argelino, es decir, a través de la otra alternativa «Medgaz».
En esta línea, Carlos Palomino, analista de El Orden Mundial (EOM), ha señalado en «LaSexta» que «quitar una vía de salida te puede afectar en el momento en que tengas un problema en la única que te queda».
En general, es un golpe económico para todos los países implicados.
«Argelia tendrá menos capacidad para exportar y Marruecos menos beneficios, ya que este último cobra un peaje de un 7% del valor del gas y utiliza parte de ese gas argelino para su consumo interno», según ha explicado Palomino.
También se complica la situación estratégica de toda la zona.
Para Haizam Amirah Fernández, investigador principal de Mediterráneo y Mundo Árabe del Real Instituto Elcano, «esto no contribuye a la estabilidad regional, ni tampoco a la cooperación en ámbitos muy importantes más allá de lo económico, como la seguridad, la resolución de conflictos».
Es conveniente recordar que GME es un proyecto de gran envergadura que genera cerca de 1.800 millones de euros de inversión, entró en operación en 1996 con el objetivo de conectar los yacimientos argelinos de Hassi R’Mel con la red europea de gasoductos vía Marruecos, el Estrecho de Gibraltar y la Península Ibérica, y diversificar de esta manera el aprovisionamiento de gas en España y en otros países europeos.
