Rue20 en español / Mequínez
El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación de España, José Manuel Albares, metió la pata durante su discurso de ayer tras reunirse con el presidente argelino en el Palacio de Al Muradia.
En vez de usar la lengua de su país, el español, Albares optó por el francés que es una lengua que «ni le va ni le viene».
No tiene ningún sentido usar la lengua de Francia en Argelia sabiendo que la lengua oficial de este país es el árabe.
Pero habría tenido sentido si Albares hablara en español o en árabe, por ejemplo.
Con este error monumental, el jefe de la diplomacia española está poniendo en valor lo francófono en detrimento de lo hispano.
Uno tiene que estar orgulloso de su idioma, su cultura y su país, esté donde esté.
Además, el idioma español -despreciado por Albares- es más importante que la lengua a la que recurrió durante su discurso, en el marco de su primera visita a Argelia.
La lengua de Cervantes tiene un gran peso a nivel mundial. Es considerada una de las primeras lenguas más habladas en el mundo.
Actualmente, hay aproximadamente 489 millones de personas (o sea, casi el 6,3% de la población mundial) que hablan esta lengua de forma nativa, siendo en esta modalidad la segunda lengua más hablada del mundo tras el chino mandarín, mientras que el número de usuarios potenciales del español en el mundo supera los 585 millones (es decir, el 7,5% de la población mundial), según las estadísticas del último informe elaborado por el Instituto Cervantes.
Esta misma institución ha previsto que la cifra de hispanohablantes alcance su cénit en 2068, con aproximadamente 724 millones.
En cambio, la lengua francesa ocupa el quinto puesto en el ranking mundial de las lenguas más habladas en el mundo.
En fin, este «error cultural» garrafal cometido por el ministro de Exteriores no podrá pasar desapercibido para los españoles en general, que están orgullosos de su lengua y de su cultura.
