Rue20 en español / Mequínez
La derrota del Partido Justicia y Desarrollo (PJD) en las elecciones del pasado 8 de septiembre, que provocó la dimisión masiva de su secretaría general, tiene que ver con varios factores, según el Centro Árabe de Investigación y Estudios de Políticas ( denominado por sus siglas en inglés como ACPRS) en un nuevo estudio.
Durante su mandato, el PJD había introducido una serie de políticas: obligar al profesorado a trabajar con contratos, la abolición de la caja de compensación, el aumento de la edad de jubilación, y los sucesivos recortes salariales, lo que llevó a la disminución del poder adquisitivo de los ciudadanos marroquíes, especialmente después de la crisis económica provocada por la pandemia de la Covid-19, etc, explica el estudio bajo título de «¿Cómo las elecciones del 8 de septiembre cambiaron el mapa político en Marruecos?».
Hubo también un declive en el nivel de respeto a los derechos humanos, además, la base electoral del partido disminuyó debido a la forma en que el ex secretario general, Abdelilah Benkirane, abandonó el partido por el descontento de las autoridades soberanas, lo que privó al partido de una figura carismática capaz de comunicarse con sus seguidores.
A esto se añade la aprobación de otras políticas muy polémicas que van en contra de sus reglas y principios que siempre ha defendido, como por ejemplo la aprobación la normalización de relaciones con Israel, la adopción del idioma francés en la enseñanza (o el afrancesamiento de la enseñanza) y la legalización del cannabis, dice la misma fuente.
Todo esto llevó a la destrucción de las bases del partido y provocó su salida del poder de manera contundente.
De todo ello se deduce que la debacle del PJD no se debe en absoluto a la injerencia del Estado en las elecciones, sino que se trata simplemente de un voto punitivo a gran escala contra ese partido islamista que dirigió el gobierno marroquí durante la última década.