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Ismail El Khouaja
Tras años de letargo y fracaso en todos los niveles, la diplomacia argelina está reorganizando sus estructuras con el objetivo de hacer frente a la diplomacia marroquí y tomar la vanguardia diplomática en África.
Los dos principales objetivos trazados por el régimen militar argelino son hacer convencer a los países que ya han abierto sus consulados en el Sáhara marroquí para que cambien de postura y echar a Israel de su nuevo status como miembro observador en la Unión Africana.
Para llevar a cabo esta tarea, Abdelmajid Tebboun, presidente argelino, ha resucitado a un viejo veterano diplomático, Ramtane Lamamra, con la esperanza de hacer brillar la diplomacia argelina a nivel nacional como internacional.
Lamamra pretende con ello dar comienzo a una nueva fase de la actividad diplomática, mediante la reorganización de las estructuras del Ministerio de Asuntos Exteriores del país magrebí.
Sin embargo, lo que desató muchas críticas -satíricas en la mayoría- fue cuando Lamamra nombró a un enviado especial para el conflicto del Sáhara marroquí y el Magreb.
Para este cargo, Lamamra encargó a otro político veterano, Ammar Blani, quien fue el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores y el embajador de Argelia en Bruselas.
Blani ha empezado su trabajo para convencer al Tribunal Europeo para que diera por anulado, el próximo 29 de septiembre, los dos acuerdos comerciales (Agricultura y Pesca) que Marruecos había firmado con la Unión Europea que incluyen al territorio del Sáhara marroquí.
“La anulación de esta decisión provocará una grave crisis diplomática en las relaciones entre el Reino de Marruecos y la Unión Europea, y este supuesto paralizará a los funcionarios marroquíes”, dijo Blani citado por el medio argelino Echoroukonline.
Lo que no sabe el “veterano” político Blani es que Marruecos le une con la Unión Europea unas relaciones estratégicas y comerciales privilegiadas que culminó en junio con dar comienzo a un nuevo proyecto “Asociación Verde” que consagra la voluntad común del Reino de Marruecos y la Unión Europea de fortalecer su relación estratégica a largo plazo, mediante el desarrollo de nuevas asociaciones innovadoras y mutuamente beneficiosas.
Además, la UE no aceptó firmar los acuerdos con Marruecos porque sí, sino porque sabe que Marruecos tiene ya cerrado el expediente del Sahara marroquí y eso no se negocia bajo ningún pretexto.
El próximo 29 de septiembre va a ser duro tanto para Lamamra como Blani que da la circunstancia que comparten un rasgo en común: el odio enfermizo hacia el Reino de Marruecos.
En su quehacer para hacer daño a su vecino Marruecos, el régimen militar está olvidando que dentro tiene una bomba a estallar. Argelia está inmersa en una crisis social y política que ahoga al pueblo argelino privado de la riqueza de su país.
Esto es el verdadero problema que el régimen militar tiene que solucionar antes de que sea tarde, y dejar a Marruecos en paz y en su continua revolución industrial que todo el mundo desea formar parte.
Cabe recordar que Blani llevaba 6 años declarando la guerra contra Marruecos en el Parlamento Europeo cuando era embajador de Argelia en Bruselas y representante de Argelia en la Unión Europea, pero en vano.