Rue20 Español/ Casablanca
La llegada del comunista Pedro Castillo, apodado ‘el maestro’, a la Presidencia del Estado peruano, ha turbado tanto la política interna como la externa de este país latino.
El ‘maestro’ sin maestría está amenazando los intereses estratégicos del Perú. La política del Castillo nos hace recordar la frase monumental del Nobel del literatura, Mario Vargas Llosa, cuando se preguntó hace años: En qué momento se había jodido el Perú. Esta frase destaca en su obra ‘Conversación en la Catedral’. Mañana los peruanos podrán repetir la misma pregunta, y la respuesta será cuando Castillo había reconocido a la milicia del Polisario.
La declaración del capitulo mexicano de la Fundación Global África Latina conjuntamente con su capítulo de Perú, va en este sentido.
La fundación expresó «su asombro ante la incorrecta decisión tomada por el nuevo gobierno de la Republica del Perú, respecto de reanudar relaciones diplomáticas con la llamada Republica Árabe Saharaui Democrática».
Agrega que la existencia de la milicia de la Rasad es «claramente una fantasía de la guerra fría, la realidad es que un territorio ancestral llamado Sáhara Occidental, pertenecía ancestralmente al Reino de Marruecos, los separatistas por tanto no son más que una ‘república en la sombra’”.
la fundación lamenta que el gobierno del presidente Castillo sea conducido a un error internacional de tales proporciones, la llamada Rasd es a todas luces un sitio donde el totalitarismo se ve cruelmente expresado, y donde las conductas y las prácticas del Frente Polisario se asemejan mucho a una Corea del Norte respecto de las disidencias, un territorio donde las libertades individuales y por cierto la universalidad de los derechos humanos no son consideradas, pues allí se impone un relato trasnochado, dominante y persistente de absorción grupal de una minoría.
«Pedro Castillo equivoca su política exterior con este torpe, imprudente e innecesario acto de reconocimiento que pone en grave e riesgo la estabilidad de las relaciones del Perú con los reinos de Marruecos y de España, y también crea un clima de inestabilidad geopolítica respecto de las relaciones con Europa Occidental y el Medio Oriente, en suma, establecer relaciones con una república fantasma que no cuenta con un territorio definido ni Estado real, no solo un error es un acto de irresponsabilidad y borrachera política como mínimo», concluyó el comunicado.
