Rue20 Español/ Casablanca
Toufiq Slimani
Agua pasada no mueve molino. Este refrán tan arraigado en la historia universal se aplica más que nunca a las relaciones hispano-marroquíes.
La intervención de las casas reales fue una necesidad urgente cuando estalló la crisis diplomática entre los dos reinos por la entrada clandestina del presunto líder del Polisario, Ibrahim Ghali, a España bajo una identidad falsa.
Lo bueno nunca es tarde. El discurso del rey Mohammed VI el 20 de agosto pasado con motivo de la Revolución del Rey y del Pueblo, vino a tiempo, anunciando la inauguración de una nueva «etapa inédita» entre ambos países.
Así no sirve de nada mirar hacia el pasado, ya sea cercano o lejano, que lo hecho, hecho está.
Pedro Sánchez, presidente del Gobierno español, quiso ayer sábado demostrar que la nueva «España de recuperación» aspira a recuperar también la buena armonía con Marruecos en todos los ámbitos sin excepción, incluso los asuntos delicados como es el caso de las dos ciudades ocupadas Ceuta y Melilla, aunque Sánchez se limitó a hablar del «problema» de los menores marroquíes no acompañados.
Sin embargo, en la nueva etapa inédita no hay líneas rojas ni asuntos prohibidos.
En la entrevista concedida ayer al diario El País, Sánchez dio las gracias a Marruecos y expresó su disposición a trabajar juntos. «Solo puedo tener palabras de agradecimiento a Ceuta, a su Gobierno y también a Marruecos porque en esta nueva etapa que hemos abierto creemos que vamos a poder dar una solución con su máxima colaboración», afirma Sánchez.
También aseguró que España quería pasar página de la última crisis. «Afortunadamente, eso es pasado. Tenemos una oportunidad extraordinaria de redefinir nuestra relación con Marruecos, que es un socio estratégico», aclara Sánchez.
Sánchez fue muy diplomático en su respuesta sobre si está satisfecho con cómo se han devuelto los menores de Ceuta a Marruecos.
«En mayo nos entraron 9.000 personas en dos días a Ceuta. Se puso en cuestión la integridad territorial de nuestro país. Afortunadamente, eso es pasado. Tenemos una oportunidad extraordinaria de redefinir nuestra relación con Marruecos, que es un socio estratégico. Por tanto, es un problema que tenemos que resolver, con las máximas garantías hacia los menores que entraron, pero también siendo conscientes de que tenemos un equilibrio de la convivencia en Ceuta que siempre es delicado, que se rompió por la entrada masiva de marroquíes», explicó Sánchez.
Fuentes muy informadas confirmaron al diario «Rue20 Español» que la nueva etapa inédita hispano-marroquí arrancará después de las elecciones legislativas y municipales celebradas en Marruecos el próximo miércoles.
También, informan que el nombramiento de los nuevos embajadores en Rabat y Madrid será después de la formación del nuevo gobierno marroquí, salvo sorpresas.
Tras la formación del futuro gobierno marroquí, Pedro Sánchez podría visitar Rabat para arrancar la nueva etapa.
