Rue20 en español / Mequínez
Mohamed Charbi
Las relaciones entre los vecinos suelen ser a menudo muy complicadas, ya que la proximidad no deja de generar fricciones de manera frecuente.
Pero eso no quiere decir que no tengamos que hacer nada para solucionar estos problemas o conflictos.
Es todo lo contrario, hay que buscar los puntos débiles de nuestras relaciones y luego tratar de remediarlos y reforzarlos.
Lo mismo ocurre con las relaciones diplomáticas entre los dos vecinos Marruecos y Argelia que siguen siendo complejas.
Marruecos hace todo lo posible para quitar esta complejidad que marca las relaciones marroquí-argelinas desde hace varios años.
El Rey Mohammed VI siempre aprovecha la ocasión para decirle al régimen militar argelino que Marruecos está preparado para trabajar conjuntamente y dejar aparte los conflictos artificiales del pasado.
Por ejemplo, con motivo de la Fiesta del Trono, el Rey Mohammed VI invitó al Presidente argelino a «obrar conjuntamente, en el más cercano plazo que considere oportuno, a fin de desarrollar las relaciones fraternales que nuestros pueblos han construido a través de años de lucha común».
No obstante, pese a los esfuerzos desplegados por el monarca marroquí para apagar el fuego diplomático, Argelia se niega a tender la mano cada dos por tres, ya que tiene la mente repleta de malas intenciones.
Ayer mismo, la diplomacia argelina decidió romper sus relaciones diplomáticas con Marruecos de manera unilateral y sin motivos convincentes o lógicos.
Esto significa que el régimen militar argelino no tiene la capacidad de dialogar y convencer, puesto que sabe de antemano que sus argumentos son falsos, débiles y antiguos.
Muchos son los motivos que han empujado a Argelia a tomar la decisión de cortar sus relaciones diplomáticas con el Reino de Marruecos.
El motivo principal tiene que ver con las maniobras militares conjuntas marroquíes-estadounidenses, «León Africano 2021», que tuvo lugar del 7 al 18 de junio pasado en varias regiones del sur de Marruecos, sobre todo las maniobras que tuvieron lugar en Mahbas.
Además de la participación de Marruecos y Estados Unidos, este ejercicio militar contó también con la participación de Gran Bretaña, Brasil, Canadá, Túnez, Senegal, Holanda e Italia, así como de la OTAN y otros observadores militares de una treintena de países que representan a África, Europa y América.
Para Argelia, la organización de dichas maniobras militares por primera vez en la zona de Mahbas, que está a unos pocos metros de sus fronteras, tras el reconocimiento de UU.EE de la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara, es una clara provocación y amenaza por parte de Marruecos.
El régimen argelino no pudo aguantar ni la decisión de la Administración de Donald Trump sobre la marroquinidad del Sáhara ni las maniobras militares organizadas por Marruecos en Mahbas.
Por lo demás, la decisión de la ruptura diplomática se tomó en momentos en que Argelia vive una decepción total y una «crisis psicológica» sin precedentes.
Últimamente, varios países de la Unión Europea rechazaron prestarle ayuda a Argelia para poder controlar los graves incendios que se habían producido en el norte del país.
Europa ya no da mucha importancia a este país. Este último siente que va perdiendo su peso horriblemente a nivel mundial.
Con sus decisiones insensatas y su mala gestión de los problemas internos, Argelia está distorsionando cada día más su imagen tanto a nivel nacional como internacional.
Argelia se ha acostumbrado a crear problemas con Marruecos para tratar de ocultar sus crisis internas y externas.
Es una estrategia inútil que tiene como objetivo desviar la opinión pública de lo que ocurre dentro.
En fin, la ruptura de las relaciones diplomáticas entre Argel y Rabat -una decisión tomada por Argelia unilateralmente- no es la solución adecuada. Más bien, es una huida hacia adelante. Como no confía en sus argumentos, se escapa.
En vez de romper sus relaciones con Marruecos, Argelia debe abrir el diálogo y el debate con su vecino magrebí para subsanar los problemas que existen entre los dos.