Rue 20 español/Rabat
Jamal Bourfissi
El regreso de los talibanes al Poder en Afganistán dio un fuerte impulso a algunas organizaciones extremistas, a las que se suma Al-Qaeda en la región del Sahel.
El fuerte regreso de los talibanes a la arena de los eventos internacionales llevó a los servicios de inteligencia de muchos países a elevar el nivel de alerta hasta los límites máximos.
Los talibanes movilizaron los servicios de inteligencia marroquíes, españoles y franceses, que están a la espera de la evolución de la situación de seguridad en la región del Sahel después de que los talibanes tomaran el Poder.
Según diversos informes, el regreso de los talibanes al poder ha dado un fuerte impulso a las filiales de al-Qaeda en varias regiones del mundo, especialmente en la región del Sahel, donde se aprecia la victoria de los talibanes tras veinte años de resistencia contra ejércitos extranjeros.
Las filiales de Al-Qaeda están esperando la oportunidad para lograr sus objetivos y extender su control sobre cualquier región en conflicto.
En la región del Sahel, donde los países sufren el terrorismo de los grupos armados influenciados por «Al-Qaeda» y «los talibanes», muchos se preguntan, ¿se puede realizar el escenario afgano en su suelo? ¿Lo que sucedió animará a estos grupos a atacar con fuerza y expandirse más para lograr algo como el «logro» del movimiento «talibán»?
Después de la derrota de Daech en Irak y Siria a manos de la coalición internacional contra el terrorismo, la atención de los observadores se dirigió hacia la región del Sahel, que alberga muchas de las organizaciones de al-Qaeda y los talibanes.
La región sufre actos de violencia y terrorismo perpetrados por grupos terroristas, a la espera de la oportunidad de toma de decisiones en varios países de la región.
Estas organizaciones aprovechan los problemas que experimentan los países del Sahel: pobreza fragilidad, guerras civiles y luchas de poder para expandirse en estos países, esperando la oportunidad adecuada para tomar el Poder.
Varios países del Sahel están experimentando condiciones políticas que se suman a las duras condiciones sociales y económicas que atraviesan.
La situación en Malí aún no se ha estabilizado, ya que el ejército tomó el poder y dejó el sitio en el norte y el centro a los grupos armados, luego regresó nuevamente para volverse contra el gobierno de transición.
Chad, donde grupos armados mataron a su presidente, Idriss Deby, hace 4 meses, y su hijo asumió el cargo de presidente interino frente a la oposición armada, Boko Haram y Daech.
En cuanto a Níger, que es uno de los países del Sahel más expuestos al terrorismo, vivió del impacto de un intento de golpe en vísperas de la entrega al presidente elegido Mohamed Bazoum.
Estas frágiles condiciones políticas ayudan a las organizaciones terroristas a expandir su influencia.
La difícil situación de seguridad en la región del Sahel llevó a Francia a retirar a sus soldados de Malí y cerrar sus bases, en el contexto de reducir el número de fuerzas francesas presentes en la región del Sahel a entre 2.500 y 3.000 soldados.
Cabe señalar que la región del Sahel se considera un bastión para muchos grupos terroristas, incluidos: Al-Qaeda en el Magreb Islámico, Daech, Boko Haram, el Movimiento para la Unidad y el Jihad en África occidental, Ansar al-Islam y otros grupos terroristas que lanzan ataques terroristas, dejando cientos de muertos y heridos.