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Ikrame El Haouari
El partido islamista Justicia y Desarrollo (PJD), que encabeza el Gobierno, se vio tocado por los problemas internos que le costaron una caída significativa de su popularidad entre los marroquíes y que podrían costarle caro en las elecciones legislativas próximo 8 de septiembre.
El PJD ha sido el partido más votado en las tres últimas citas electorales de 2011 (comicios generales), 2015 (regionales y municipales) y 2016 (generales), y hasta esa fecha ha ido subiendo en escaños sin problemas.
Los resultados de las recientes elecciones profesionales aseguraron la caída del Sindicato Nacional de Trabajadores, afiliado al » Partido Justicia y Desarrollo», ya que no superó el umbral del 6%.
Los del PJD solo obtuvieron 49 de un total de 2.230 escaños.
Tras los sucesivos hechos que señalan un importante declive del «Partido Justicia y Desarrollo», llega el paso a la retirada de más de 44 militantes del partido, incluidos líderes locales de la ciudad de Safi. Esta renuncia colectiva debilitará la posición electoral del partido.
«En los últimos meses ha surgido en el seno del partido una denominada «iniciativa de crítica y evaluación», que acusa al liderazgo del PJD de monopolizar las decisiones y de hacer demasiadas concesiones al Estado, exigiendo en consecuencia la celebración de un congreso extraordinario para evaluar su década en el Gobierno, informa el diario La Vanguardia.
«La normalización de relaciones con Israel o la aprobación de leyes como la legalización del cannabis y la generalización del francés en la enseñanza primaria, han sido también otros factores que de forma directa o indirecta han causado fisuras entre los islamistas», informa Eldiario.
«El partido ha vivido momentos difíciles, pero este es particularmente duro», dice a Efe un destacado líder del PJD que pide el anonimato.
Este descenso abrió la puerta a varias interrogantes sobre hasta qué punto las elecciones profesionales se consideran un indicador del declive de la popularidad de la «PJD» en la calle marroquí, así como la posibilidad de perder la Presidencia del Gobierno.