Rue20 en español /FEZ
Ismail El Khouaja
El Acuerdo de Pesca empuja a España acelerar la reanudación de relaciones con Marruecos.
La diplomacia marroquí no opta por la vía rápida para la solución de sus crisis. Este silencio por parte de Rabat preocupa a Madrid que lleva días lanzando guiños de reconciliación antes de la renovación del Acuerdo de Pesca que expira el próximo año, pero las negociaciones empiezan a finales de agosto o primeros de septiembre.
Esta demora se interpreta, según varias fuentes españolas, como una estrategias de sacar más ventaja en la negociación del Acuerdo con la Unión Europea, que afecta directamente a los 92 barcos españoles que faenan en las aguas marroquíes.
«Se trata, sin duda, de una baza que Rabat va a poner encima de la mesa dentro del proceso de normalización de las relaciones diplomáticas», dice la misma fuente.
La intención marroquí de demorar la reanudación de relaciones con España se explica por varias razones, siendo la primera de las cuales descartar, a corto plazo, la vuelta a su embajadora, Karima Benyaich, a Madrid, tal como informan varias fuentes diplomáticas.
La remodelación del gobierno por parte del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, es una labor muy importante que ha puesto en evidencia una vez más el peso de Marruecos en la política exterior de España.
La asignación de un diplomático de carrera y buen conocedor de Marruecos, con un perfil diferente de la del ex ministra, Arancha González Laya, también es un buen gesto de Sánchez para la pronta solución de la crisis.
La renovación a fondo del nuevo ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, de la cúpula de Exteriores también es una clara señal para dar un nuevo impulso en la política exterior española en sus relaciones con Estados Unidos, Marruecos y América Latina.
Todo lo dicho es muy bueno, pero ¿es suficiente?
El politólogo español Pedro Ignacio Altamirano, en una entrevista a nuestro digital «Rue20 en español», ve que la iniciativa de Sánchez es un gesto de buena fe, pero a él se le ocurre otra pregunta: ¿le dejará Podemos trabajar?
Sánchez sólo se ha conformado con limpiar su gobierno de ministros y personalidades socialistas anti-marroquíes como Arancha González Laya y Iván Redondo, pero los de Podemos siguen en su sitio.
Es evidente la postura propolisario y proargelia de Podemos, un partido que lleva un rencor inexplicable hacia Marruecos.
Para ello, la pregunta que ha planteado Altamirano es muy cierta dado el peso que ejerce Podemos en el actual gobierno de la coalición.
Dicho lo cual, surge otra pregunta: ¿por qué Sánchez no se atrevió destituir a ningún ministro de Podemos?