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Ismail El Khouaja/ FEZ
La sandía marroquí sigue los pasos del tomate y el aguacate para penetrar el mercado europeo.
La apuesta de Marruecos, además de la Pesca, al sector agroalimentario con la Unión Europea está siento todo un éxito.
Este año la suma de importación española de sandía de Marruecos se elevó de un 27,5% en valor, y 3% en volumen en el primer cuatrimestre (de enero a abril).
La totalidad de las importaciones de la sandía alcanzó 18.015 toneladas y un 27,5% en valor, ascendiendo a 16,5 millones de euros, es decir un precio medio de 0,91 euros/kilo.
Entre 2016 y 2020, la importación española de sandía marroquí creció, un 132% en volumen y un 163% en valor, llegando a totalizar 88.570 toneladas y 91,4 millones de euros, según datos del Departamento de Aduanas e Impuestos Especiales.
Esta cifra alcanzada revela lo que es la calidad de la sandía marroquí en comparación con la de España. Almería, por ejemplo, no ha llegado a los 0,40 euros/kilogramos en momentos álgidos de la campaña.
El lobby español en el sector agroalimentario no esperaba la competencia de Marruecos en este sector. Por esta razón, ha calentado los motores para salir en defensa.
Según Coexphal, la baja cifra de la sandía española se debe principalmente a dos factores la competencia de la sandía marroquí y la “adversa” climatología europea en los meses de mayo y junio.
Podemos entender la queja de Coexphal de la competencia de Marruecos, sin embargo, respecto a lo del clima europeo, Marruecos no tiene ninguna culpa.
Para ello, tanto Coexphal como otras empresas han lanzado campañas de sensibilización “origen marroquí”, cuyo objetivo es tergiversar la calidad de la sandía marroquí, bajo el pretexto de que no se someten a las mismas reglas del mercado comunitario.
Sin embargo, estas campañas son una injusticia contra Marruecos. Las empresas españolas no han llegado a concebir una competencia con Marruecos. Quieren ser los líderes para que España mantendrá su posición de «huerta de Europa».
La clave de la calidad de la sandía marroquí está en la climatología. Por ello, tanto la sandía como otros productos procedentes de Marruecos encuentran un buen hueco en el mercado europeo, a pesar a veces de su elevado precio, tal como se ha quedado ilustrado.
las denuncias de estas empresas no han penetrado en la sociedad española. El pueblo es consciente de lo que consume. Si prefiere comprar una sandía marroquí más cara que la española es porque sabe la diferencia.
“La sandia de Marruecos es más buena, no tiene gusto a pepino. Si no hay sandia buena, no compro ninguna”, comenta un ciudadano en el diario “Agrodigital”.
A buen entender, pocas palabras.