RUE20 ESPAÑOL/ RABAT
Día tras día, salen más detalles del controvertido llamado Caso Gali. Dos meses después del estallido de la crisis actual, se queda muy claro que la entrada clandestina del presunto líder del Polisario, Brahim Gali, a España bajo una identidad falsa, fue cocinada en Madrid y Argelia.
Las últimas informaciones aseguran que la maniobra argelina fue bendecida por el Gobierno español al pie de la letra.
La entrada clandestina de Gali al hospital de Logroño fue autorizada por el ministerio de Exteriores liderado por Arancha González Laya, quien ordenó facilitar la desgraciada entrada sin control de aduana.
Eso precisó Ortiz Cañabate, general de la Base de Zaragoza, al juez, afirmando que por decisión de Laya no supo la identidad de Brahim Gali.
el general precisa que al recibir el cuestionario del Juzgado de Instrucción 7 de Zaragoza, las preguntas fueron remitidas al Estado Mayor del Ejército del Aire, desde donde precisaron que las órdenes transmitidas a la Base Aérea de Zaragoza, entre las cuales estaba no realizar los trámites de la aduana, fueron dirigidas desde el gabinete de la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, según el diario El Herlado.
Añade que Laya autorizó la entrada a España por Zaragoza a Gali, sin facilitar información sobre las personas que iban en el avión de la Presidencia de Argelia que aterrizó en la Base Aérea de Zaragoza el pasado 18 de abril.
No obstante, sí notificó que un pasajero que estaba enfermo sería recogido del avión por una ambulancia.
Estas afirmaciones se recogen en las respuestas que el general José Luis Ortiz Cañabate, jefe de la Base de Zaragoza en ese momento y actualmente jefe de Movilidad Aérea, da a las nueve preguntas del cuestionario remitido por el titular del Juzgado de Instrucción 7 de Zaragoza, Rafael Lasala, sobre la llegada de Gali a la Base y su traslado a Logroño, dice la misma fuente.
Según ha confirmado HERALDO, Ortiz Cañabate detalla en las respuestas al juez que el avión aterrizó a las 19.25, de conformidad con la orden comunicada telefónicamente a los responsables de la Base por la comisión de Relaciones Internacionales del Estado Mayor del Ejército del Aire.
A su llegada, la aeronave fue conducida «por cuestiones de seguridad» a la plataforma militar, «una práctica habitual para las aeronaves de Estado», como era la que llegó el 18 de abril desde Argelia.
Amparada por el Reino de España «de manera permanente» por «la relación diplomática» que existe con la República de Argelia, tenía autorización para aterrizar en nuestro país.
Una vez recibidas las órdenes del Ministerio de Exteriores por el Estado Mayor del Ejército del Aire, el personal del avión «no pasó control de pasaportes por la frontera», por lo que en la Base ignoraban la identidad de las personas que venían a bordo.
Por teléfono se informó que «había un paciente de los pasajeros enfermo», que era «argelino», que «venía en una camilla monitorizada» y que iba acompañado por otra persona.
Asimismo, se reconoce que llegó una ambulancia a la Base de Zaragoza para recoger al enfermo, pero no precisa si venía del servicio de Salud de Aragón o de La Rioja. Esa misma tarde-noche el paciente fue trasladado al hospital de San Pedro en Logroño.
A la hora de identificarlos, se señala que no conocían quiénes eran porque no se les llegaron a pedir los pasaportes.