RUE20 ESPAÑOL / RABAT
En medio del intercambio de declaraciones oficiales en voz alta entre Marruecos y España, resulta difícil resolver la crisis actual desatada por la acogida clandestina del presunto líder del polisario, Brahim Gali, y recuperar la confianza y la armonía pérdidas.
Si el gobierno español hubiera escuchado el consejo del ex presidente del gobierno Rodríguez Zapatero, habría contratado esta crisis. Zapatero ha apostillado que la resolución de esta tensión «empieza por no hacer declaraciones durante un mínimo plazo de tiempo, unos días».
Ahora el silencio puede ser más una buena herramienta para prepararse al diálogo.
un «silencio» que «parece» que en este caso ya no «ha comenzado», a pesar de que España es consciente del error cometido al acoger a Gali en su territorio. Esto se entiende según las declaraciones españolas.
La primera vicepresidenta del gobierno español, Carmen Calvo, ha señalado esta mañana que Gali continúa atendido en el hospital de Logroño y que tendrá que presentarse ante la Justicia el próximo 1 de junio.
«Somos un Gobierno que respetamos la independencia del Poder Judicial, no nos adelantamos. No sabemos qué tienen que decir, pero sí que tiene que comparecer», ha apuntado.
Por último, la vicepresidenta ha reconocido que Marruecos es un país vecino y amigo con el que España tiene «mucha historia en común».
Es por ello que el Ejecutivo trabajará «por esa vecindad y por el futuro». «Somos muy respetuosos con Marruecos, y a cambio pedimos lo mismo», ha zanjado según Europa Press.
